La historia de Jilly

La incursión de Jilly en el mundo del maquillaje permanente ha sido, cuanto menos, inusual. Sus pasiones tempranas por la danza, el dibujo y la escritura sentaron las bases para una carrera marcada por la expresión artística.

A los 18 años, Jilly se embarcó en su camino hacia la belleza al inscribirse en un curso de estética, sentando las bases para sus futuros proyectos. Después, se adentró en el dinámico mundo de la radiodifusión durante muchos años, antes de impartir clases de cine y guion, a la vez que desarrollaba sus propios proyectos cinematográficos y teatrales, que sigue desarrollando hoy en día.

Jilly se sintió atraída nuevamente por el encanto de la industria cosmética y, creyendo en el poder transformador del maquillaje para infundir confianza, tomó la decisión fundamental de formarse como maquilladora permanente.

Bajo la tutela individual de la premiada y prestigiosa maquilladora permanente Katy Jobbins, Jilly profundizó en las complejidades del maquillaje permanente y aprendió de primera mano la importancia de usar pigmentos, materiales y tecnología de vanguardia de primera calidad para lograr resultados inigualables. Esta formación inmersiva no solo le proporcionó a Jilly experiencia técnica, sino que también inculcó en ella un compromiso con la calidad, la excelencia y la satisfacción del cliente.